Facundo Martínez

Facundo Martínez

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Sobre el cuaderno que llenaste de fotos, yo de poemas (17-Enero-2013)

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(Poema que escribi en la ultima hoja de un libro que regale)
No me gusta que una hoja este en blanco, aunque el blanco se tiña de amarillo.
Prefiero escribir en blanco, si el blanco de mis letras disparan a tu garganta de nudos.
De nudos voy a hablarte, mi morral rojo y tus zapatillas rojas.
Desatarte los cordones, cordura de querer estar desnudos.
No me gusta que una hoja este en blanco, otros pueden escribir sobre ella
y de ella escribo llamandola por nosotros.
Por nosotros me refiero a todas las razones y la locura de amarte.
Amarte todo lo cura, y razones tengo para resfriarme.
Arrancame de este libro, si lo que te escribo no te parece preciso.
Preciso nunca enterarme, si sucede,
porque arrancar a escribir me cuesta y terminar cuenta con querer ser leido.
¿Cuenta como un "te quiero" buscarte este libro?
Admito cuanto lo lei y por buscarlo
¡Que lejos que fui!
¡Que fuimos!
Porque estabas en mi cabeza, nunca queda mi mente en blanco.
¿Que fuimos? podria titularlo,
pero sucede que somos y somos mas que eso.
Eso que sucede, pero mas que titularlo te extraño
y de eso te escribo.
Por eso no me gusa que una hoja este en blanco.

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No se que escribirte.
Quedo sin pulso mi corazon, empezando por las falanges.
Puedo tratar de enamorarte con palabras, pero no se como hacerlo.
Me cuesta entender como yo, tan absuelto de amar, me visto de cortina y te nombro por las ventanas.
Puede ser el reiterado placer de un primer beso, que florece de nuestros poros en cada encuentro.
¿Y si no consigo un beso tuyo?
¿De que voy a alardear frente a los peces?
No pido mucho, solo te pido
                                         todo.
Un beso, y te dejo tranquila hasta que nuestros labios se despeguen.
Un beso, y voy a escribir sobre tus miedos jugando a ser mis motivos de amarte.
Un beso,
             entonces me olvido de todo
                                                     y vuelvo a pedirte
                                                                               un primer beso.

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Desperte y otra vez ella despertaba conmigo (la rutina).
Le di un (ultimo) beso de buenos dias, cuando esos dias eran 22 pares de cromosomas monocromaticos.
22, faltaban dos horas para terminar el dia.
120 minutos, 7200 segundos.
Cuento, cuento, cuento.
Cuatro primeras letras tuyas.
Cuento, cuento, cuento.
Cuatro primeras letras mias.
Cuento, cuento, cuento.
Ya voy contando 365 dias de nuestro primer "hola".

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Hay poemas de neruda que no puedo entender.
Debe ser por las cosas que no conozco.
El mar.
Despertar en una cama ajena.
Palabras complicadas para decir algo aun mas complicado:
Que hay cosas que no conozco y por eso no entiendo ciertos poemas.
Conozco, si, tu nombre.
La distancia entre tus pechos y tu ombligo.
La cantidad de azucar para tu cafe.
El cementerio donde enterraste mis ganas de besar otros labios que no esten en tu rostro.
Entiendo, si, cuando susurras mi nombre.
Que seamos poeticamente correctos para darnos cada beso.
Que arañes los intersticios de mi espalda mientras pongo a prueba las raices de tu cabello.
Que otras personas no entiendan lo que escribo
porque no conocen la taquicardia de tus piernas.

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Escribi para ella todo un libro
por supuesto, no imaginaba el final.
Solo era un parrafo para ellos dos.

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