Facundo Martínez

Facundo Martínez

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Iris colectivo (17-Septiembre-2013)


Se supone que tenemos dos maneras de vivir, ver todo como una superposición de colores que se ausenta a la vez, o mirar las cosas con un color particular cada una de ellas.
 A mi, por lo general, estos puntos de vista me resultan aburridos, ver todo en blanco y negro me cansa y termino por ser un gris constante que solo se despierta para contar el tiempo que falta para acostarme de nuevo. Pero ver las cosas policromaticamente alcanza para agobiarme del mundo, pierdo la nitidez del paisaje y de repente todo es un lavarropas donde todo se tiñe de todo, y difícilmente algo se define como si nada.
 Para ser honesto, me harta bastante saber que nos acostumbramos a creer que solo existe esta visión binaria, donde Blanco y Negro vale Cero, o todos los colores deben ser Uno. Por si no se dieron cuenta, podemos unificar todo eso. Por si no se dieron cuenta, si dibujas un Uno y lo guardas dentro de un Cero, vas a obtener un ojo, y ese es el modo correcto de ver las cosas.
A veces alcanza con cerrar los parpados durante un instante para darse cuenta que no sirve de nada parpadear tanto si no entendés que después de tanto tiempo las pestañas de abajo siguen enamorando a las pestañas de arriba, que juntarlas genera un carnaval de estrellas en nuestra cabeza.
A veces solo depende de uno mismo que las cosas cambien, consiste en dejar que el frió empañe un poco nuestra ventana para poder dibujar un sol en ella, requiere de mirar al mundo en diferentes tonos de grises y empezar a otorgar a cada cosa un color, nunca al revés.

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