Me enseño sus piernas, vestidas de plomo, y en sus zapatos las suelas
se teñian con los restos de plumas. Sus manos, tan asperas como el
tacto de la desesperacion, temblaron por el miedo y la impotencia. Sus
dedos dejaban en cualquier lado restos del fondo del mar, sus pestañas y
las plegarias que nunca llegaron a destino. "Destino" me dijo con la
voz sabor a restos y tubos de telefono, "solo es amable cuando se trata
de un guion".
El viento arrastraba augurios desafortunados, dejando su rostro libre
de cabellos pero no de arrugas. Su peinado consistia en atar el
recuerdo de las noches en que su almohada no debia trabajar doble turno
como pañuelo. Se aferraba a esos recuerdos con el desasosiego de quien
sintio el mundo partirse en dos, mientras que las comisuras de sus
labios no volvian a partirse en una sonrisa.
Espera un micro y bajo sus ruedas piensa acaban con sus dolencias,
desde los asientos van a ver las lagrimas, las canas con el color de lo
inesperado, el murmullo de los que duermen.
Comentarios - Anexos
Todos tuvimos, o tendremos, esos momentos en que sentimos que nuestra
vida, el trabajo de una decada, los estudios de un año.. todo fue en
vano. Lo increible es que siempre sucede de golpe, una noche nos
acostamos abrazando a la almohada y la seguridad que arrastra la rutina,
y a la mañana nos despertamos cuando la luz del sol y los problemas
golpean nuestra ventana. Sin ir mas lejos, en diciembre del 2001, en
nuestra Argentina, sufrimos una crisis mas conocida como "corralito" ...
Miles de familias perdieron todo lo que tenian, e incluso mas. Este
año, 2012, el miercoles 22 de febrero, un pais entero sufrio la perdida
de 51 personas. Lo que quiero decir es que a veces perder todo no
significa perder nuestros ahorros, nuestro trabajo o nuestras casas. A
veces perdemos algo mas importante e irrecuperable como la vida de un
ser querido, ya sea familiar o amigo.
Culpamos al destino, el karma, Dios, o como quieran llamarlo.
Sentimos que nuestra vida es un guion de una pelicula de terror y no
importa que hagamos, siempre termina mal. Es entonces cuando tenemos que
leer mejor las escenas que interpretamos y darnos cuenta que, por mas
que el guion este escrito, que son los mejores actores quienes consiguen
que el director cambie de idea.
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