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Cuando se viaja en tren con alguien como ella, no se puede pensar en muchas cosas.
Desde
un principio sabes que esos pasajes van a guardarse por mucho tiempo,
hasta volverse amarillos, perder de a poco la nitidez de las letras,
hasta que un día (como si pudiera evitarse) desaparecen de la billetera.
Hay
que abrazarla fuerte de manera simultanea en que se hunde la nariz
entre sus rulos, mientras ella se acurruca y se hunde despacio en la
pared inquebrantable que se forma entre los brazos y el asiento.
(A todo esto, se debe besar su piel con un particular sonido que sea posible de escuchar en todo el tren)
De esta manera, si todo surge bien, podemos notar como giran todos los cuellos hacia nosotros.
Cuando se viaja en tren con alguien como ella, no se puede pensar en muchas cosas
(y tampoco quiere evitarse).
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¿Que quiere decir que me encontraste?, si hace tiempo que te estoy esperando.
La luna no encuentra al poeta que pasa la noche en vela hasta que las nubes desaparecen.
Pero no se puede decir que miento para darte la razón, porque no es necesario.
Estaba
esperando a que el viento sople fuerte en el cielo y me encontraste
despeinado, me eclipsaste sin permiso y de manera permanente.
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El problema de no estar en el mismo lugar se da precisamente cuando estamos juntos.
Quiero decir, cada uno estaba paseando en la boca del otro, pero el paseo no era el mismo para los dos.
Resulta
que yo cerraba los ojos por la concentración de enamorarme sin medidas,
mientras que vos cerrabas los ojos para no grabar en tu memoria las
formas de mis besos.
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