Facundo Martínez

Facundo Martínez

viernes, 15 de julio de 2016

Permanencia

Como un semaforo ardiente de amarillo,
o cuando los elementos de cocina se encuentran en las calles,
la hora 13 de un viernes
que no tiene nada que ver con la suerte.
Si nada suena como un martillo
con cada tecla que presiono,
no viene la prohibición a la censura.
Me sangran los dedos y no es poesía,
solo rutina.
Pienso que volar esta sobreevaluado,
porque hay bloqueos que no tienen cima,
ninguna zona astillada por donde colarse,
todos pensamientos a los que les negaron la visa.
Ni siquiera un mural poético
donde esconder oraciones entre sus recovecos,
apenas la tortura de un verso asfixiado,
las uñas que casi pierdo arañando hacia el cielo.

Adentro anarquía,
adentro también toque de queda
también violencia y la calma,
apagón e incendio,
Minotauro y Ariadna.

Adentro yo,
versos previniendo preversos perversos.