Facundo Martínez

Facundo Martínez

miércoles, 16 de septiembre de 2015

H2nO

Una frontera de tres cartilaginosos centímetros los separa.
Son marrones o negros, son un poco desprecio.
Son mis ojos insultantes por el espejo.
Es alergia, una basura, el camión recolector.
No importa la excusa, una gota se forma en el lagrimal izquierdo y su apuro por nacer me lleva a pestañar más rápido.
Aplasto el ojo, la seco, me seco y la mano asesina se mueve después de su trabajo,
la saco, me saco, termina esparcida por el bolsillo derecho.
Mirada perdida por pensar en lo perdido,
                                                            no lloro, no hay duelo.
Nunca me preocupe lo suficiente por la vida de una lágrima.
Nace, la mato, es fácil: me deshidrato por dentro.

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