Facundo Martínez

Facundo Martínez

jueves, 17 de septiembre de 2015

Todavía lo trabajo

Es cierto que a menudo me siento descolocado,
cuando las camas son sillones,
los libros pisapapeles
y los relojes ocupan un cargo en la conciencia.
Como si la gravedad afectara de costado,
las lamparas de pie se tropiezan,
hay rejas en las ventanas como códigos de barra
que se descifran con un lector que de literatura no sabe nada.
Las cosas fueron perdiendo sus propiedades,
el cabello y el viento pueden acondicionarse,
la batería y el sexo se descargan,
se hace back-up de las memorias
pero de recordar la infancia nadie sabe nada.
Hay mentiras como trajes de dos cuerpos donde solo cabe uno,
comida por teléfono, conversaciones por correo,
gracias por nada, darlo por hecho,
corazones que no salen de su pecho.

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