Facundo Martínez

Facundo Martínez

jueves, 17 de septiembre de 2015

Ocurrencias caninas.

Me asome por la ventana y los vi,
caminaban como si no fuera algo difícil y cualquiera pudiera hacerlo.
Por mi parte, en ese momento yo no quería,
era una linda postal, esa vereda con el ruido de sus pasos.
Por un momento imagine ese perfume sobre el lugar donde vivo,
la alegría de volver de noche y no encontrar vació entre los muebles.
Seguían alejándose, escapando de lo permisivo de esta ventana,
solo por eso dí media sonrisa, y el resto de mi rostro se quedo quieto.
Quieto porque está con alguien.
Quieto porque estoy solo.
Quieto porque el contrato no me permite tener un perro en casa,
pero nada impide que te vea pasar durante la mañana.

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