Voy a cumplir de golpe todas mis promesas,
fundar un hogar para los paraguas abandonados,
desenredar los auriculares y cordones de veredas.
Revertir la amusia que genera la repetición,
limpiar el cementerio del buzón de voz
y ordenar la biografía en mi billetera.
Voy a dar otra oportunidad a los libros a medio leer,
a pedirle disculpas a las cosas que escribo
y a reconciliarme con el desayuno.
Así,
sin pensarlo demasiado,
voy a borrar la copia de seguridad de mis temores,
a quitar el freno de mano
cuando mi cabeza esté en caída sobre la realidad,
Y a llamarte,
de una vez por todas,
para que me dejes cumplir de golpe
y a tu lado
con todos esos días donde prometí hacerle caso a mi felicidad.
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