Facundo Martínez

Facundo Martínez

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Garantía

Puedo reconciliarme con el desayuno,
con mi pasado, los despertadores.
Incluso me abrazo a los lunes.
Pero no,
no hay manera de llevarme bien con tu ropa,
no la quiero cuando estas cerca.
Y como los locos,
los borrachos,
tus medias no mienten cuando están debajo de mi cama.
Se esconden y la vida tiene olor a tierra mojada,
algo en la lluvia exige que salgan los pies del piso,
que demos 2 vueltas de llave a la puerta
y 40 a nuestro cuerpo.
Me dejo matar,
y te muero,
y es la única guerra dónde no se entierran los muertos,
donde esperamos que el disparo no sea con balas de fogueo,
y ponemos el pecho, sin chaleco, ni camisa,
y empapamos la pólvora para que continúe ardiendo.
Te podría decir
que vengas,
que a tu remera no le molesta ser un ceramico del suelo,
y explicarte cuantas maneras se me ocurren de disputar la soberanía de quien va arriba del otro.
Todo eso que no cubre la garantía del colchón nuevo.

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