Me llegan los lunes
y mi cama es un planetario con la vista hacia el techo,
observatorio de un jirón de sueños.
Afuera todo sigue su curso,
migración de responsabilidades
la luna a otro lado, las hojas de la calle y las escobas.
Y en estas sabanas,
cada lunes, el universo se viste de bandera blanca
y ocurre un milagro que no sabe de migraciones,
que llena las hojas y vuelan las escobas.
Todo eso,
tanto misterio en el origen
y yo tengo la suerte de ver cada lunes
el big bang estallando en mi almohada cuando ella abre los ojos.
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