Una constelación escrita en mi brazo,
el sitio entre un par de estrellas
iluminado por una cadena de luces tenues.
Despacio,
que el infinito se nos acerca
y no hay nada a que aferrarse.
Despacio,
que con la misma letra que comienza Cariño,
tambien inicia Conflicto,
y se agotan las maneras de romper el olvido.
Hay quienes lo roban,
lo pierden o lo cumplen,
pero la tinta susurra con una voz en off
que Abril me pertenece y le pertenezco,
objetos a cielo profundo que se intrusan en mi piel.
86 lunares,
miles de telescopios buscando en el cielo
un cuerpo celeste desaparecido.
Hoy vino a besarme,
y nadie lo leyó en el horoscopo.
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